Según las últimas investigaciones del CSIC es posible rejuvenecer el cerebro

Cuidar la salud no solo suma años de vida, sino que también mejora la calidad de esos años, especialmente en la vejez. La adopción de hábitos saludables se ha relacionado con un menor riesgo de padecer enfermedades y con un mejor manejo de patología crónicas. Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto que la estimulación física y cognitiva puede revertir cambios moleculares asociados al envejecimiento en el hipocampo. El estudio, llevado a cabo en el Laboratorio de Epigenética del Cáncer y Nanomedicina del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN), ha sido publicado en la prestigiosa revisa Nature Communications.

La investigación, enmarcada en la propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030), se centró en un modelo experimental conocido como enriquecimiento ambiental. Este modelo utiliza ratones expuestos a entornos con diversos objetos y actividades, promoviendo la estimulación cognitiva, física y social, simulando intervenciones de estilo de vida en humanos.

El equipo liderado por Mario Fernández Fraga y Agustín Fernández Fernández analizó el hipocampo de ratones jóvenes y ancianos sometidos a este enriquecimiento. Los resultados mostraron que muchos cambios moleculares asociados al envejecimiento podían revertirse con esta estimulación, destacando el potencial de los cambios en el estilo de vida para impactar de manera positiva en el organismo a nivel molecular y epigenético.

"Nuestros resultados revelan que los cambios en el estilo de vida pueden tener un impacto profundo en el envejecimiento saludable", señaló Fernández Fraga. Agustín Fernández añadió que la masiva colección de datos moleculares generada será invaluable para la comunidad científica, ayudando a comprender mejor las alteraciones que ocurren en el hipocampo durante el envejecimiento y su posible reversión.

Además, Raúl Fernández Pérez, primer autor del estudio, indicó que los cambios revertidos afectan a las células gliales, sugiriendo nuevas estrategias para estudiar y tratar el deterioro cognitivo asociado a la edad. Este trabajo contó con la colaboración de investigadores del Instituto Cajal (IC-CSIC), el Instituto de Neurociencias (IN-CSIC-UMH) y el laboratorio de Intervenciones Traslacionales para la Salud de la Universidad de Oviedo, entre otros.

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