DÍA DE TODOS LOS SANTOS
¿Por qué celebramos el Día de Todos los Santos el 1 de noviembre?
El 1 de noviembre es un día festivo muy arraigado en España, los cementerios se llenan de flores en honor a los difuntos, pero ¿por qué se celebra precisamente el 1 de noviembre?
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Aunque Halloween suene cada vez con más fuerza y muchas tiendas y comercios comienzan a decorar con calabazas y objetos terroríficos sus escaparates o el interior de los establecimientos, lo cierto es que esta tradición es relativamente nueva en nuestro país. Aquí lo tradicional es celebrar el Día de Todos los Santos, y aunque alguien pueda tener aversión a acudir al cementerio, en realidad esta fiesta es para honrar a los difuntos, recordarlos, visitando sus tumbas. No obstante, ambas festividades Halloween y el Día de todos los Santos están más relacionadas de lo que pensamos.
En realidad, aunque el origen de Halloween no es del todo claro, se cree que viene de una fiesta pagana para celebrar el año nuevo Celta, donde se recogía la cosecha y cuya celebración era el conocido 31 de octubre. A raíz también de la festividad cristina del 1 de noviembre se piensa también que Halloween se celebraba precisamente como la víspera del Día de Todos los Santos, debido a su etimología ya que la palabra actual Halloween podría proceder de su forma escocesa All Hallows' Eve (Noche de todos los santos) y de ahí que con el tiempo se fuera contrayendo hasta Halloween.
Por otro lado, el Día de Todos los Santos es una fiesta de la religión cristiana, por este motivo en un país como el nuestro, y a pesar de está considerado como un Estado aconfesional o laico, mantiene todavía unas fuertes costumbres cristianas a las que incluso se dedican días festivos como la Navidad, Semana Santa o en este caso el Día de Todos los Santos.
Al igual que pasa también con otras festividades cristianas el 1 de noviembre como fecha para celebrar este día también de homenaje a los mártires es una evolución de propia iglesia ya que al principio hay registros de que se celebraba el 13 de mayo. Sin embargo, finalmente el papa Gregorio IV (824 -844 d.C) decidió unificar las diferentes tradiciones de la Iglesia que homenajeaban a los santos mártires. La fecha elegida fue el 1 de noviembre ya que en la Roma de esa época la cosecha ya se había recogido en contraposición al 13 de mayo donde solía ser una época de escasez de alimentos debido a que eran meses de siembra.
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