La Ofrenda de Frutos convierte Zaragoza en una fiesta musical, colorista y solidaria

La tradicional Ofrenda de Frutos ha llenado el centro de Zaragoza de música y bailes de diferentes regiones de España y del color de los alimentos aportados por los aproximadamente 5.000 oferentes, que llevan a la Virgen del Pilar lo mejor de su tierra con un fin solidario.

Este año, con una ofrenda más multitudinaria, las aproximadamente siete toneladas de alimentos que se espera obtener se repartirán entre los comedores de San Antonio, Las Paulas, las Nazarenas, San Blas, El Carmen y el Refugio.

Siguiendo su tradicional recorrido, el desfile ha partido de la plaza de Santa Engracia para recorrer por Independencia y calle Alfonso el camino que les separa de la Basílica del Pilar, el destino de los 74 grupos participantes.

A las 15 casas regionales presentes, que muestran lo mejor de su indumentaria, su cultura y su huerta, se unen ayuntamientos y asociaciones que no quieren perderse esta ofrenda que data de 1.964.

"Una de las cosas que más nos emociona es que nosotros hacemos un regalo, y que vamos a cumplir ya sesenta años con este formato. Pero el regalo más grande son los aplausos que a lo largo del trayecto recibimos", ha señalado la presidenta de la Federación de Casas Regionales y Provinciales de Aragón, Ana Notivoli, que se encarga junto al consistorio de su organización.

Como marca la tradición desde hace más de treinta años, el grupo aragonés El Pilar ha encabezado el desfile, con productos típicos de Zaragoza. Para una de las socias fundadoras, María Pilar Sebastián, esta ofrenda es “mucho más colorida” que la de flores vivida ayer puesto que "se ven frutos de todas las partes de España".

Antes del resto de las casas regionales, el grupo de la Policía Local marca el paso siempre en segundo puesto. Son unas treinta personas que llevan magdalenas, repostería y productos de la huerta zaragozana, como cuenta el responsable del grupo, Chesús Navarro, vestido de segador con hoz, zoqueta y alforja.

Desde la plataforma rodante de plátanos de Canarias hasta el aceite de Andalucía o los ingredientes para elaborar una fabada que aportan los asturianos, cada una de las casas regionales ha ido mostrando sus tradiciones al ritmo que marcaban sus bailes tradicionales.

Cargados de chistorra y vestidos de blanco y rojo, un ejemplo es la Casa de Navarra en Zaragoza. Entre ellos, Feli, que llegó desde un pueblo del Valle de Salazar a Aragón con veinte años y este viernes celebraba ataviada en indumentaria local un sentimiento común entre muchos de los asistentes: “Las raíces tiran”.

Y por eso participa en este acto desde hace tres décadas Pepe, que llegó desde Córdoba hace 58 años y que desfila con su mujer, que es "maña", y sus dos nietas, todos con trajes de la región del sur.

Desde Albacete, 42 integrantes del grupo de Coros y Danzas del Trillo visitan Zaragoza. La directora del grupo, Isabel Martínez, ha contado a Efe que es el primer año en el que participan con “mucha ilusión, sentimiento y devoción” porque van a cantar y bailar canciones de su territorio, “el eterno desconocido, que tiene una riqueza muy importante”.

La consejera municipal de Cultura, Educación y Turismo, Sara Fernández, ha resaltado que se trata de la ofrenda "más antigua" de las que se organizan en la ciudad" porque ya los agricultores hace décadas iniciaron este homenaje a la Virgen con sus productos. Además, con un fin solidario.

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