MÚSICA

Nick Cave entona la misa salvaje de su Wild God en el Palau Sant Jordi de Barcelona

Nick Cave, junto a su banda The Bad Seeds ha repasado sus más de 40 años de carrera en la música en un vibrante Palau Sant Jordi.

El músico australiano Nick Cave

El músico australiano Nick CaveAgencia EFE

Publicidad

El músico australiano Nick Cave, acompañado por su banda The Bad Seeds, ha oficiado en el Palau Sant Jordi una misa musical de más de dos horas, en las que ha presentado casi al completo Wild God, su último trabajo, y ha repasado los mayores éxitos de sus más de 40 años de carrera.

El cantante se ha plantado sobre el escenario del Sant Jordi con un traje a medida gris y una corbata a juego con su negra melena engominada hasta la nuca, y, como si fuera un pastor, ha revelado la palabra de Dios a través de Frogs, Wild God o Song of the Lake.

Escoltado por un coro de mujeres vestidas con una túnica blanca y por sus inseparables The Bad Seeds, Cave ha recibido la primera gran ovación al cantar O Children, una canción que compuso hace 22 años y en la que se disculpa con esos "niños" por todos los errores cometidos por las generaciones anteriores y los anima a alzar su voz ante tal situación.

Pese a sus 67 años, el australiano se mueve grácilmente sobre el escenario, sosteniendo el micrófono y dirigiéndose al público cuando Jubilee Street lo demanda y refinando su melodía con breves aproximaciones al piano en mitad del caos que organizan sus "malas semillas".

El músico australiano Nick Cave
El músico australiano Nick Cave | EFE

Este mismo desorden sonoro es el que recoge From Her to Eternity, en el que casi suena un llamamiento celestial entre el estruendo de las guitarras, el bajo, el violín y la batería. Cave, sentando en el piano, canaliza todo lo sagrado del rock por medio de Long Dark Night y Cinnamon Horses.

La implacable voz de barítono del australiano, rota cada vez que Cave se desgañita como si aún fuera un chaval actuando en un antro cualquiera, es el más sincero homenaje que puede hacer a Elvis mientras canta Tupelo en honor "al Rey".

De nuevo al piano, aunque levantándose para recordar en Conversion lo "hermosos" que son sus fans, Cave ha encadenado las preciosas Bright Horses, Joy y Carnage, y ha enmudecido al Sant Jordi con su solo de 'I Need You'.

Uno de los momentos más esperados ha llegado ya hacia el final de la velada, cuando Nick Cave and the Bad Seeds han planteado las primeras notas de Red Right Hand, un título ya de masas al ser el tema de apertura de la celebradísima serie inglesa Peaky Blinders, que el público barcelonés ha coreado hasta la extenuación.

The Mercy Seat, interpretada con una potencia instrumental apoteósica, y White Elephant, arropada por la belleza del coro, han sido las canciones con las que Cave ha abandonado el escenario justo antes del bis, una elección que ha resumido a la perfección el espíritu del espectáculo.

Así, Nick Cave and the Bad Seeds suenan justo como la música debería sonar, una mezcla perfecta entre el batiburrillo de unos instrumentos clínicamente acompasados y una esencia casi mística transmitida a través de letras que cuentan su propia verdad.

Para concluir definitivamente su concierto en el Barcelona, el australiano ha dedicado O Wow O Wow (How Wonderful She Is) a la desaparecida Anita Lane, una de las componentes originales de la banda, ha seguido con las atronadoras Papa Won't Leave You,Henry y The Weeping Song y se ha despedido cantando Into My Arms, acompañado solo por su piano y la voz de un emocionado público.

Nick Cave and the Bad Seeds ofrecerán este viernes una segunda sesión de esta misa rock en WiZink Center de Madrid, tras lo que seguirán su gira por Portugal, Francia y Reino Unido. Un artículo de Guillermo Cabellos.

Hablando en Plata» Estilo de vida

Publicidad