LONGEVIDAD SALUDABLE
La mejora de la esperanza de vida se ha ralentizado en muchos países europeos desde 2011
Durante la pasada década Europa ha visto como la esperanza de vida ha sufrido una desaceleración impulsada por la mala alimentación, la obesidad o la inactividad física, además de la pandemia de Covid-19.
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La mejora en la esperanza de vida se ralentizó en numerosos países europeos en el período 2011-2019, según un estudio que analiza datos de 20 territorios y que constata, además, que muchos de ellos experimentaron descensos de este indicador durante la pandemia de la covid-19.
La mala alimentación, la inactividad física y la obesidad están, en gran medida, detrás de esta desaceleración, además de la covid, señalan los autores que publican los resultados en la revista The Lancet Public Health. Estos sugieren que las políticas gubernamentales que mejoran la salud de la población también generan resiliencia ante crisis futuras.
Los científicos evaluaron cómo los cambios en los factores de riesgo y las tasas de mortalidad por causas específicas se relacionan con los cambios en la esperanza de vida en los países antes y durante la covid.
Para ello, analizaron datos de Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Islandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, España y Suecia, y las cuatro naciones del Reino Unido (Inglaterra, Irlanda del Norte, Escocia y Gales), e investigaron tres períodos de tiempo: 1990-2011, 2011-19 y 2019-21.
Todos los países mostraron mejoras anuales medias en la esperanza de vida tanto en 1990-2011 (0,23 años) como en 2011-2019 (0,15 años), pero, tal y como demuestran los datos, la tasa de mejora fue menor en este último período en todos los territorios, excepto en Noruega (el aumento medio anual de la esperanza de vida pasó de 0,21 años en 1990-2011 a 0,23 en 2011-19).
En España, en 1990-2011 la esperanza de vida al nacer aumentó 0,25 años cada año frente a 0,13 años durante el segundo período.
De todos los territorios estudiados, Inglaterra experimentó la mayor desaceleración de la esperanza de vida.
En 2019-21 (pandemia) todos los países tuvieron una caída absoluta de la esperanza de vida, excepto Irlanda, Islandia, Suecia, Noruega y Dinamarca, que mostraron una mejora marginal de este indicador, y Bélgica, que no mostró cambios.
Las muertes por enfermedades cardiovasculares fueron el principal impulsor de las reducciones en el aumento de la esperanza de vida durante 2011-19 y las muertes por infecciones respiratorias y otros resultados relacionados con la pandemia lo fueron durante 2019-21.
Para el investigador principal, Nick Steel, de la Universidad de East Anglia (Inglaterra), los avances en salud pública y medicina en el siglo XX significaron que la esperanza de vida en Europa mejorara año tras año, "pero este ya no es el caso".
Después de 2011, riesgos como la obesidad, la hipertensión arterial y el colesterol alto aumentaron o dejaron de mejorar en casi todos los países. "Los mejores tratamientos para el colesterol y la presión arterial no han sido suficientes para compensar los daños de la obesidad y las dietas deficientes", agrega en un comunicado de la universidad.
Al comparar los países, las políticas nacionales podrían jugar un papel importante.
Así, aquellos que mejor mantuvieron las mejoras en la esperanza de vida después de 2011, como Noruega, Dinamarca o Suecia, lo hicieron porque redujeron la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y neoplasias, con una menor exposición a los principales riesgos, "posiblemente mitigada por políticas gubernamentales", escriben los autores en su artículo.
Y añaden: los países que mejor mantuvieron las mejoras en la esperanza de vida después de 2011 no tuvieron disminución de este indicador entre 2019 y 2021, a pesar de la pandemia.
El equipo dice que, pese a la recesión, todavía no se ha alcanzado un techo biológico para la longevidad. Para prolongar la vejez, hay que dar prioridad a estilos de vida más sanos en la juventud, y los gobiernos deben invertir en iniciativas audaces de salud pública, además de garantizar el acceso a servicios de salud asequibles.
Para esta investigación se analizaron datos del informe "Global Burden of Disease", basado en el trabajo de casi 12.000 colaboradores de más de 160 países.
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