PIEZAS DE PATRIMONIO NACIONAL

Más de 3.000 metros de alfombras de la Real Fábrica de Tapices engalanan el Congreso

Cada verano se retiran para ser lavadas y reparadas y ahora, con la entrada del otoño, el Congreso ha vuelto a vestir los suelos de pasillos y despachos con estas tradicionales alfombras.

Alfombras del congreso de los diputados

Alfombras del congreso de los diputadosAgencia EFE

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El Congreso de los Diputados vuelve a lucir desde esta semana las alfombras que engalanan pasillos, despachos y salones del Palacio y que suponen más de 3.300 metros de tapices y moquetas procedentes de la Real Fábrica de Tapices.

Piezas de Patrimonio Nacional que son retiradas entre los meses de junio y julio para proceder a su limpieza y que en algunos casos deben ser reparadas tras recibir durante meses millones de pisadas de diputados, visitantes y personal del Congreso.

Y es que estas alfombras, incluidas en el catálogo del Patrimonio histórico artístico del Congreso, forman parte de la vida habitual del Congreso.

Son un total de 210 alfombras compuestas por 334 unidades que se adaptan a cada rincón de pasillos, columnas y escaleras ya que son recortadas a la medida de los muebles, en muchas ocasiones, señalan a EFE fuentes del Congreso.

El proceso de limpieza se realiza todos los años entre junio y julio en la propia Real Fábrica de Tapices, donde se almacenan hasta que en septiembre regresan a sus estancias de origen.

La retirada y recolocación la realiza una decena de personas y se prolonga durante casi una semana, en la que tanto periodistas como diputados o personal de la Cámara pueden ver cómo trabaja el personal de la Real Fábrica, cortando las costuras de las alfombras y posteriormente volviendo a coserlas.

"Algunas tienen un corte especial porque tienen curvas y deben adecuarse al espacio en el que están", señala el Congreso que recuerda que se retiran todas las alfombras de Palacio salvo las del hemiciclo que se limpian en la propia sala, aunque este año se han quitado para limpiarlas y repararlas de cara a la jura de la Constitución de la princesa Leonor por su 18 aniversario.

La Real Fábrica de Tapices cuida los tejidos y los conserva hasta que vuelven a ser colocadas en otoño.

Así, en el proceso de alfombrado, se hilvanan entre sí y se limpian para eliminar cualquier daño que hayan podido sufrir.

"Se desempolvan y se sumergen en una piscina grande para lavarlas con agua y jabón neutro", señala a EFE Pilar López Párraga, restauradora de la Real Fábrica de Tapices que lleva 41 años trabajando en el Congreso como "si fuera mi casa".

Aunque es habitual que el personal tenga que venir a lo largo de la Legislatura para reparar "algún roto", sobre todo ahora que hay más mujeres diputadas -señala- y "llevan tacones".

Son alfombras muy especiales, en las que destacan motivos florales acordes con el estilo neoclásico del Congreso. Las más antiguas visten el Salón de Pasos Perdidos.

La mayoría están fabricadas con nudo turco, con una lana más gruesa, además de algodón y yute y estos dos últimos elementos son los que conforman la trama y la urdimbre, es decir, el esqueleto de la alfombra.

"Son hechas a mano y son siempre las mismas, aunque las hagamos nuevas otra vez es el mismo diseño y el mismo dibujo", puntualiza Pilar, que le encanta fotografiarse con diputados y presidentes del Congreso cuando se los encuentra por los pasillos.

Pero la Real Fábrica de Tapices se encarga de conservar no sólo estas alfombras de la zona de Palacio sino también los más de 10.000 metros cuadrados de moquetas y tapices de uso ordinario, así como el dosel de gala, denominado "baldaquino", una pieza única de 130 metros cuadrados y 220 kilos de peso, que se utiliza para las sesiones más solemnes que tienen lugar en la sede parlamentaria.

Un toldo de gala tejido en rojo con bordados en seda y oro, y que luce en el atrio de la fachada principal de la Puerta de los Leones en momentos muy concretos, como la solemne apertura de las Cortes que todavía no se ha celebrado en esta XV Legislatura.

El dosel se verá previsiblemente también en el juramento de la princesa Leonor a la Constitución el 31 de octubre.

"Ya lo tenemos listo", recuerda Pilar a EFE, toda vez que el mismo dosel lució también en el juramento del entonces príncipe Felipe en 1975 y durante su proclamación como rey en el 2014.

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