BIENESTAR

La relación entre trastornos del sueño y la fragilidad en personas mayores

Estas investigaciones, que ha evaluado la calidad subjetiva y objetiva del sueño en residencias geriátricas, identifican correlación significativas entre el insomnio, la fragilidad y la salud física y metal

Estudios revelan la relación entre trastornos del sueño y la fragilidad en personas mayores

Estudios revelan la relación entre trastornos del sueño y la fragilidad en personas mayores Pexels

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El descanso nocturno y el sueño, considerados necesidades básicas para el organismo, se convierten en un tema de relevancia para los adultos mayores, siendo las dificultades para conciliar y mantener el sueño y la somnolencia diurna algunas de las manifestaciones más comunes. Investigaciones muestran la incidencia de trastornos del sueño en este grupo demográfico y las consecuencias que pueden acarrear, destacando la importancia de la prevención y el tratamiento en el ámbito geriátrico.

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Valencia, en seis centros de esta provincia, examinó la calidad del sueño en una muestra de 161 adultos mayores de más de 65 años, utilizando métodos objetivos y subjetivos. En él se observó una alta incidencia de insomnio en esta población, lo que llevó a una mayor vulnerabilidad y riesgo de fragilidad.

Las alteraciones del sueño representan un síndrome geriátrico significativo, siendo una de las principales fuentes de incapacidad funcional y social en las personas mayores, afectando aproximadamente al 6-10% de la población adulta. Se estima que alrededor del 50% de los adultos mayores que viven en sus hogares y el 60% de los residentes en residencias padecen algún trastorno del sueño, generando sufrimiento y molestias significativas. Además de las comorbilidades médicas, el insomnio puede ser una entidad primaria que cause malestar en la vida diaria y contribuya al desarrollo de otras condiciones de salud mental, como la depresión o la ansiedad.

Persona mayor durmiendo
Persona mayor durmiendo | iStock

La eficiencia del sueño se evaluó utilizando el método no invasivo, actigrafía, mostrando que la población estudiada tenía un tiempo total de sueño promedio de 321,92 minutos y un número medio de despertares durante el sueño de 5,47 minutos. Se identificó una correlación inversa entre el número de despertares durante la noche y la puntuación total del cuestionario de sueño de Oviedo.

Los estudios realizados por el Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Valencia, sobre la privación total de sueño han revelado una serie de efectos preocupantes en el organismo humano. Después de períodos prolongados sin dormir, los individuos experimentan una necesidad imperiosa de descansar, acompañada de síntomas como fatiga y problemas visuales. A medida que la privación continúa, se observan alternaciones cognitivas, incluida una disminución en la velocidad de procesamiento, atención selectiva reducida y deterioro de la memoria inmediata.

Asimismo, se encontró una relación entre la concentración de cortisol en sangre y saliva, lo que sugiere un posible vínculo entre el estrés y los trastornos del sueño en esta población.

Estos hallazgos sugieren la existencia de biomarcadores para la detección temprana de trastornos del sueño y resaltan la importancia de abordar estos problemas. La prevención y el tratamiento de los trastornos del sueño en personas mayores son aspectos cruciales para promover su bienestar y calidad de vida. Las intervenciones psicológicas, que incluyen estrategias para mejorar la higiene del sueño, técnicas conductuales y terapias cognitivas, juegan un papel importante en el abordaje de estos problemas. Además, mantener hábitos saludables como la actividad física regular, una dieta equilibrada y la reducción del consumo de sustancias estimulantes puede contribuir a mejorar la calidad del sueño en la tercera edad.

Estos estudios proporciona una base sólida para futuras investigaciones y el desarrollo de intervenciones médicas y de enfermería dirigidas a tratar y prevenir los trastornos del sueño en adultos mayores, con el objetivo de reducir el riesgo de fragilidad y promover un envejecimiento saludable.

En conclusión, comprender las manifestaciones clínicas del sueño en personas mayores y abordarlas de manera adecuada mediante intervenciones preventivas y terapéuticas es fundamental para promover e bienestar físico y mental de este grupo de población vulnerable.

Hablando en Plata» Salud

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