SEGÚN UN ESTUDIO
Las personas mayores que reciben apoyo en el domicilio reducen un 25% el riesgo de ingreso en un centro
El estudio, desarrollado durante tres años, ha analizado la realidad de las personas que viven solas y reciben apoyo de los servicios sociales y aquellas que están en un centro y quieren iniciar la transición de volver a casa.
Publicidad
Las personas mayores que viven solas y reciben una intensificación de la ayuda a domicilio tienen un 25% menos riesgo de ingresar en un centro que aquellas que no cuentan con un aumento de horas de apoyo, según el proyecto de investigación Vivir Mejor en Casa, desarrollado por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA).
El proyecto ha sido impulsado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 para promover un nuevo modelo de cuidados y ha sido financiado por los fondos europeos Next Generation UE y se enmarca en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
El estudio, desarrollado durante tres años, ha analizado la realidad de las personas que viven solas y reciben apoyo de los servicios sociales y aquellas que están en un centro y quieren iniciar la transición de volver a casa.
En concreto, los investigadores han analizado el componente preventivo que tiene como objetivo principal mejorar la atención domiciliaria de personas mayores en situación de dependencia, incrementando las horas de ayuda a domicilio y formando a las personas cuidadoras mediante una intervención multicomponente para evitar o retrasar el ingreso en una residencia. Entre otros factores de riesgo, busca reducir la sobrecarga que enfrentan las personas cuidadoras no profesionales, habitualmente familiares.
En Cataluña han participado 142 personas mayores, con una edad media de 85 años, y los cuidadores principales de su entorno, con una edad media de 66 años, siendo la mayoría mujeres cónyuges. El 69% de las personas cuidadoras llevaba más de cinco años cuidando, pero el 87% carecía de formación específica en cuidados.
Las familias participantes que recibieron una intensificación del servicio a domicilio junto con una formación en cuidados, mostraron una reducción en el deseo de ingreso en residencia y un 25% menos de riesgo de ingreso que aquellas que no tuvieron intensificación de horas ni formación.
Además, percibieron una mejor calidad de vida en relación a su salud aun teniendo una situación de dependencia; y se redujo la sobrecarga de las personas cuidadoras no profesionales, que reflejaron además una mejora en su apreciación sobre los cuidados que recibía su familiar por parte de los servicios sociales y sanitarios.
En cuanto al componente desinstitucionalizador, se ha desarrollado en Navarra junto con la Agencia Navarra de Autonomía y desarrollo de las personas del Gobierno de Navarra y los ayuntamientos de Pamplona y Estella. Se ha evaluado la voluntad de las personas mayores institucionalizadas y las barreras y facilitadores del entorno, y ha permitido el tránsito de dos personas mayores y el desarrollo de un modelo "único" para el acompañamiento a personas mayores en procesos de desinstitucionalización.
Este componente, además, ha posibilitado el cambio "radical" del modelo de gestión de casos, adoptando "un nuevo rol facilitador" para la vida independiente en el marco de la Gestión de Apoyos, según CEOMA. Su objetivo principal es evaluar la viabilidad de un proceso de desinstitucionalización en personas mayores, diseñado para facilitar su tránsito desde residencias hacia la comunidad, hacia un hogar, promoviendo entornos "personalizados, seguros y sostenibles".
Publicidad