INVESTIGACIÓN
El envejecimiento del sistema inmunológico impulsa el crecimiento del cáncer
¿Por qué el envejecimiento es el mayor factor de riesgo del cáncer? Los investigadores han tratado de responder a esta pregunta y tras un estudio han descubierto que la respuesta está tras el sistema inmunológico.
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Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí (Estados Unidos) aborda una pregunta crítica pero poco explorada en la investigación del cáncer: ¿por qué el envejecimiento es el mayor factor de riesgo del cáncer? El estudio revela cómo un sistema inmunológico envejecido estimula el crecimiento de tumores, lo que ofrece nuevos conocimientos sobre la prevención y el tratamiento del cáncer, especialmente para los adultos mayores. Los detalles de los hallazgos se publican en Science.
En modelos preclínicos, el equipo de investigación descubrió que la anakinra, un fármaco que se utiliza habitualmente para enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, puede reutilizarse para bloquear las señales nocivas entre las lesiones tempranas del cáncer de pulmón y la médula ósea. Esto es fundamental, dicen los investigadores, porque a medida que el sistema inmunitario envejece, crea una inflamación dañina que puede impulsar el desarrollo del cáncer.
"A medida que el sistema inmunológico envejece, desencadena una inflamación dañina que puede impulsar el crecimiento del cáncer, al promover la acumulación de macrófagos protumorales, un tipo de célula inmunitaria que suprime las células efectoras inmunitarias que normalmente matan las células tumorales. Esto debilita la capacidad del cuerpo para combatir el cáncer", aclara el autor principal Matthew D. Park , estudiante de sexto año de Icahn Mount Sinai en el laboratorio de Miriam Merad, autora principal correspondiente del estudio.
"Descubrimos que al bloquear vías inflamatorias específicas, especialmente aquellas que involucran moléculas llamadas interleucina-1? (IL-1?) e IL-1*, este proceso dañino podría revertirse en modelos de ratón, lo que ofrece un nuevo enfoque potencial para prevenir el desarrollo del cáncer en humanos", apunta Merad, decano de Investigación Traslacional e Innovación Terapéutica, y presidente de Inmunología e Inmunoterapia en Icahn Mount Sinai.
La señalización entre las lesiones tempranas de cáncer de pulmón y las células madre inmunitarias en la médula ósea a través de IL-1?/* subraya cómo un sistema inmunitario envejecido promueve la progresión del cáncer. Se muestran en amarillo y azul las células tumorales que expresan el receptor para IL-1?/* y las que no, respectivamente. Reimpreso con autorización de Park et al., Science 10.1126/science.adn0327 (2024)
El cáncer es una enfermedad que se vuelve cada vez más común a medida que envejecemos y el riesgo aumenta drásticamente después de los 60 años. Se han propuesto muchas teorías, incluidos los efectos acumulativos del daño inducido por el medio ambiente y las mutaciones genéticas, pero ha habido pocos datos concretos que expliquen por qué el envejecimiento impulsa el cáncer, dicen los investigadores.
Como parte del estudio, el equipo de investigación utilizó modelos de ratón para investigar cómo el envejecimiento afecta la progresión del cáncer. Inyectaron células tumorales en ratones y observaron que el cáncer de pulmón, páncreas y colon crecía más rápidamente en ratones mayores que en ratones más jóvenes. Utilizando trasplantes de médula ósea de ratones jóvenes o viejos, los investigadores simularon los efectos del envejecimiento del sistema inmunológico. El equipo descubrió que un sistema inmunológico envejecido acelera el crecimiento del cáncer, incluso en ratones jóvenes. Más sorprendente aún, descubrieron que rejuvenecer el sistema inmunológico reducía significativamente el crecimiento del cáncer en ratones mayores.
Mediante un análisis de alta dimensión de tejidos cancerosos humanos y murinos, el equipo identificó células específicas y factores relacionados con el sistema inmunitario que aceleran el crecimiento del cáncer en los ancianos. Luego bloquearon con éxito estos factores, específicamente IL-1?/*, demostrando que la inhibición de estas moléculas puede reducir el crecimiento del cáncer en ratones ancianos.
"Nuestro estudio demuestra que un sistema inmunológico envejecido promueve la progresión del cáncer, independientemente de la edad de las células cancerosas o del tejido circundante. Hace tiempo que sospechamos que la inflamación puede suprimir la inmunidad antitumoral, en particular en personas mayores y pacientes con cáncer. Sin embargo, esta es la primera evidencia sólida que demuestra que la inflamación crónica causada por un sistema inmunológico envejecido predispone al cáncer", afirma Merad. "Esta investigación no solo lleva a nuestro laboratorio al campo del envejecimiento inmunológico, sino que también sienta las bases para futuros estudios que exploren sus vínculos con el cáncer y otras afecciones relacionadas con el envejecimiento, como las enfermedades cardiovasculares y las infecciones".
"Este estudio revela que atacar al sistema inmunológico envejecido podría reducir significativamente el riesgo de cáncer en adultos mayores. Sugiere que mejorar la respuesta inmunológica a través de la inmunoterapia podría ser más eficaz que atacar directamente los tumores. El descubrimiento de que anakinra, que bloquea la actividad de IL-1?/* y es un fármaco que ya se utiliza para enfermedades inflamatorias, puede mitigar los efectos nocivos del envejecimiento inmunológico en el cáncer abre la puerta a la reutilización de medicamentos existentes para la prevención del cáncer", añade el coautor principal Thomas Marron, director de la Unidad de Ensayos de Fase Temprana en el Centro Oncológico Tisch del Monte Sinaí. "Ahora estamos centrados en traducir estos hallazgos a la práctica clínica. Basándonos en estos resultados, hemos diseñado ensayos clínicos de fase temprana para utilizar anakinra en pacientes de alto riesgo".
Los ensayos en curso están investigando si el tratamiento dirigido al sistema inmunológico puede prevenir la progresión del cáncer, mientras que los investigadores continúan explorando objetivos terapéuticos adicionales. Su objetivo final es desarrollar medidas preventivas que reduzcan la inflamación dañina en los adultos mayores, reduciendo así significativamente la incidencia del cáncer.
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