UN CÁNCER MUY AGRESIVO
Descubren una molécula que retrasa los tumores ayudando a las células del páncreas
Científicos han descubierto una molécula que ayuda a madurar las células del páncreas y retrasa así los tumores de uno de los cáncer más agresivos.
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Un equipo de investigadores ha descubierto una molécula que contribuye a madurar a las células del páncreas y que limita el desarrollo de tumores.
Lo ha hallado un equipo de científicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), liderado por el jefe del Grupo de Carcinogénesis Epitelial, Francisco Real, y los resultados de su trabajo se han publicado en la revista Nature Comunications.
El cáncer de páncreas es el tercer tipo de cáncer con mayor mortalidad en España (la Sociedad Española de Oncología Médica registró 7.663 fallecimientos en 2021), con un rápido desarrollo y alta probabilidad de metástasis y su tratamiento habitual es la cirugía, ha recordado hoy el CNIO en una nota de prensa.
El páncreas, situado detrás del estómago, gestiona el suministro de energía de nuestro organismo, y lo hace segregando las proteínas (enzimas) responsables de que la glucosa, el principal combustible del cuerpo, llegue a otros órganos en el momento y cantidad necesarios.
Estas proteínas se generan en las llamadas "células acinares", que constituyen el 85 por ciento del páncreas y cuyo funcionamiento preciso aún está en investigación, ha señalado el CNIO.
Los investigadores han descubierto que una molécula (llamada "NFIC") es clave para el correcto funcionamiento de esas células acinares, y el CNIO ha destacado que el hallazgo ayudará a entender qué ocurre cuando los procesos normales fallan y se originan el cáncer u otras lesiones.
"Las células acinares son grandes factorías de proteínas", ha explicado Real, y ha añadido que “en nuestro laboratorio nos interesa saber cómo trabajan, porque cuando su función se perturba se favorece el desarrollo del tumor".
El investigador ha asegurado que el descubrimiento del papel de esta molécula supone un paso más en el conocimiento de cómo las células del páncreas evitan mecanismos alternativos a su funcionamiento normal, que puedan favorecer el desarrollo del cáncer.
Hasta ahora se conocía que esa molécula participa en la formación de los dientes y en los cambios propios de la lactancia en las glándulas mamarias, y también coarta la activación de algunos genes que pueden causar ciertos tumores de mama, pero no se conocía que tuviera una función en el páncreas.
En la publicación, los investigadores han determinado que si se desactiva esa molécula, las células acinares no maduran correctamente y el páncreas responde peor al daño y se vuelve más propenso a iniciar la formación de tumores.
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