¡CUIDADO!
Cuidado con los resfriados en verano, puede provocarlos el aire acondicionado
El aire acondicionado es nuestro mejor aliado para combatir el calor del verano, pero su mal uso puede terminar jugándonos una mala pasada.
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Sorprendentemente, a pesar de que el verano se caracteriza por el calor intenso, esta época del año no está exenta de catarros y resfriados. Y es que el mal uso del aire acondicionado, herramienta que se usa en exceso en ciertas ocasiones, provoca que bajemos la guardia y, a pesar de que pueda pensarse que es cosa únicamente del invierno, podemos enfermar.
Otro posible factor que tenga que ver con la facilidad de enfermar en verano según José Miguel Rodríguez, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, es el aumento en la afluencia de gente y la retirada de las mascarillas tras la pandemia.
Pero no hay datos que apoyen esta teoría, por lo que es más fácil pensar que los cambios de temperatura que se sufren cuando se enciende el aire acondicionado sean los verdaderos culpables. Estos virus se conservan mejor en ambientes fríos, por eso se tiene más contacto con ellos en invierno, por lo que cuando se enciende el aire o caen las temperaturas por la noche, pueden atacar al organismo.
Además, las temperaturas menores de 18 grados provocadas por el aire acondicionado pueden afectar a la capacidad inmunológica del cuerpo. Tanto es así, que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica afirma que un 20% de los catarros, laringitis, faringitis o procesos bronquíticos surgen en verano por el mal uso del aire acondicionado.
Los síntomas de estos resfriados son prácticamente idénticos a los que se suelen sufrir en invierno, siendo en su mayoría nasales: irritación, estornudos, mocos, tos seca... Este tipo de resfriados no deberían causar fiebre, por lo que se recomienda no hacer uso de antibióticos.
En caso de tener fiebre, puede ser un indicador de que lo que se está sufriendo no es un resfriado, sino que se trata de una gripe. Esta infección sí suele ir acompañado de fiebre, unida de un mayor malestar generalizado: dolor muscular, cansancio, cefalea...
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