RESIDENCIAS
Las plazas en las residencias se desploman con el aumento de la esperanza de vida
Con el incremento de la población española mayor de 65 años, las residencias se han visto obligadas a reclamar un mayor número plazas.
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Gracias a los nuevos avances tecnológicos, sobre todo en el campo de la medicina, la esperanza de vida se ha visto incrementada. La edad media de la población es cada vez mayor, así como las necesidades de cada uno. Esto puede suponer un verdadero problema en lo que respecta a cuidados básicos, sobre todo en lo correspondiente a las residencias.
En ese sentido, en los dos años posteriores a la pandemia por COVID-19 las residencias han incrementado sus plazas en 9.541 más. Con ello, el número de plazas para los centros de mayores asciende a 398.575, aumentando en número y porcentaje las plazas residenciales de financiación públicas, de acuerdo con los datos del IMSERSO.
A pesar del incremento positivo, aún faltan plazas. De hecho, serían necesarias 85.814 vacantes más para poder hacer frente al aumento de la población de 65 años, que, de acuerdo con el IMSERSO, se ha visto incrementada en 380.265 personas entre los años 2021 y 2022. Unos datos a los que se añaden el aumento de la demanda de las personas en situación de Dependencia Severa o Grandes Dependientes, tal y como indica la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales España.
Se trata de un déficit que no para de aumentar año tras año, el cual alcanza la cifra de 85.814. Una gran diferencia con respecto a hace 10 años atrás, donde las plazas ausentes residían en 53.103.
Entre las comunidades con esa gran carencia de puestos se encuentran Andalucía y la Comunidad Valenciana, con 32.670 y 24.843 respectivamente. Todo lo contrario, a Castilla y León, Navarra y Cantabria, que constituyen las tres comunidades con un exceso de plazas mayores de 65 años.
Es por ello, esta Asociación pone de manifiesto que las residencias siguen siendo de gran importancia, así como necesidad en nuestro país. A pesar de ese incremento positivo y paulatino de la edad, también puede poner en riesgo la población, dejando en el aire un futuro incierto en los que su salud y calidad de vida entran en juego.
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